Después del ocaso de un amor, las alas rotas las miradas vacías y el dolor en el alma puede truncar deseos de vivir. La esperanza se torna una nave sin anclas que nos lleva a mares de tormentas que atravesamos sin miedo a morir, un día de pronto llega la calma y visualizamos en paz aquel dolor y lloramos menos, luego escapamos de él, cada vez se aleja más y estamos felices de reconocer que la vida continúa...
Silvie Champs.
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